A día de hoy, la neuroeducacion es una ciencia
joven, tanto en conocimientos como en edad, que tiene que irse desarrollando
con el paso del tiempo. Así mismo, existen diversas fuentes neuroeducativas que
proponen cosas dispares entre ellas incluso absurdas. Respecto a lo positivo,
ya están desarrollándose diferentes tipos de estudios neuroeducativos en ámbitos
extraescolares y controlados, como hospitales, academias… lo que ayudara a
entender el funcionamiento del cerebro de un alumno al estudiar disciplinas
como matemáticas, biología y demás.
Como hemos señalado en el punto número seis,
referente a la aplicación de la neurociencia en las aulas, hemos observado como
la aplicación de esta ciencia multidisciplinar es muy variada, así como positiva,
pues, por un lado, se observa una mejora sustancial del proceso de aprendizaje
de los alumnos, ya que el profesor es capaz de aplicar novedosas técnicas adaptadas
a las cualidades mentales de sus alumnos. Por el otro lado, se está logrando
una superación de los problemas que ciertos alumnos sufren en su etapa
educativa, como los relacionados con la falta de concentración, dificultad para
escribir correctamente, entender ciertas materias, etc…
Sin embargo, a día de hoy los estudios científicos y
las aplicaciones de la neuroecienca en el aula no son tan numerosos, de hecho,
en encuestas recientemente realizadas, se han analizado tanto los conocimientos
que los docentes en educación superior tienen sobre la neurociencia, como la aplicación
que hacen de ella con sus alumnos. Los resultados no son muy alentadores, pues tan
solo el 9% de los profesores han demostrado tener un conocimiento alto sobre
esta ciencia, mientras que, en su aplicación, si bien es algo superior, solo el
20% de ellos la aplican de manera efectiva (Nizama Reyes Mario, 2015).
Devido a ello, todavía no podemos tener una imagen
clara de un cerebro en funcionamiento cuando existe una interacción entre
alumno-profesor. Estos estudios, cuando lleguen, lograran mejorar la relación
entre aprendizaje y la mente.
Si bien la neuroeducacion, con sus múltiples
estudios y ramificaciones, puede llegar a ser muy positiva en la mejora de los
procesos educativos de los alumnos, también tiene sus aspectos negativos. Uno
de ellos es la, todavía, falta de aplicación práctica y experimental de sus
tesis. Otro, relacionado con la aplicación de su teoría, es la responsabilidad
moral y ética de sus actos, esto es, el que la neurociencia llegue a sobrepasar
lo éticamente responsable, como la privacidad de las personas, su intimidad, su
autonomía a la hora de pensar, etc.. Para ello, es indispensable que esta
ciencia posea un control legal y moral, pues no todo lo que se puede hacer se
debe de hacer. En ese sentido, la neuroetica es una ciencia que va pareja a la
susodicha, y que debe de servir de contrapeso moral.
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